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Lecturas Rápidas

CUANDO DECIDIMOS QUE COMER O QUE TOMAR, IMPACTAMOS EL MUNDO QUE NOS RODEA

CUANDO DECIDIMOS QUE COMER O QUE TOMAR, IMPACTAMOS EL MUNDO QUE NOS RODEA

Es cada vez más común en estos días buscar y apoyar fórmulas o prácticas que promuevan el cuidado de los recursos naturales, siempre a favor del balance  del medio ambiente y pensando en las generaciones futuras. Es por ello que en un mundo cada vez más consciente de la importancia de nuestras elecciones cotidianas, la comida y la bebida que consumimos juegan un papel fundamental en el impacto ambiental y social que generamos. Desde la producción hasta el consumo, nuestras decisiones alimentarias tienen consecuencias que van más allá de nuestra propia salud, afectando a comunidades, ecosistemas y recursos naturales en todo el planeta.

Nuestros hábitos de consumo influyen en la sostenibilidad del sistema alimentario, por ejemplo, al elegir productos locales y de temporada, reducimos la huella de carbono asociada con el transporte de alimentos. No hace ningún sentido salir a comprar una bolsa de palomitas orgánicas importadas si el impacto de transportarlas es tan negativo que las bondades del bajo uso de pesticidas se vuelven irrelevantes. Por orto lado, podemos optar por  minimizar el desperdicio de alimentos y compramos productos con envases reutilizables o reciclables. De esta manera contribuimos a la reducción de residuos y la conservación de recursos naturales.

La industria alimentaria juega un papel fundamental en este balance. Es recomendable procurar alimentos producidos de manera sostenible, como productos orgánicos y de agricultura regenerativa, lo cual puede ayudar a reducir el impacto negativo que provocan la agricultura intensiva, el uso excesivo de pesticidas y fertilizantes, así como la cría intensiva de animales. Desafortunadamente, la demanda tan alta por cierto tipo de “alimentos” o la carrera por ofrecer los precios mas bajos del mercado, sin importar la calidad, dan pie a que estas prácticas de producción sean las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero, deforestación y pérdida de biodiversidad, por lo que contribuyen significativamente al cambio climático y a la degradación ambiental.

Peor aún, las malas prácticas de la industria alimentaria no solo afectan al medio ambiente, sino también a las comunidades locales y a los trabajadores agrícolas en todo el mundo. Es por ello que apoyar a empresas y productores que promueven prácticas laborales justas y condiciones dignas para sus trabajadores es fundamental para contribuir a un sistema alimentario más ético y equitativo. Y si estas empresas son locales, el impacto positivo es mucho mayor, ya que en muchos casos generan trabajo e ingresos para las familias de la comunidad y resultan en bajo impacto en huella de carbono. 

Opciones saludables y de bienestar.

Además de considerar el impacto ambiental y social de nuestros alimentos, también es importante tener en cuenta nuestra salud y bienestar. Optar por una dieta equilibrada y variada, rica en frutas, verduras, granos enteros y proteínas vegetales, no solo beneficia nuestra salud, sino también la del planeta. Reducir el consumo de alimentos procesados, altos en grasas saturadas, azúcares y aditivos, no solo mejora nuestra salud, sino que también reduce la demanda de recursos naturales utilizados en su producción. Sin duda tiene mérito que las empresas de bebidas embotelladas hagan un esfuerzo por reducir tantos litros de agua que utilizan para producir un litro de refresco, pero no sería necesario el esfuerzo si el consumo fuera limitado. 

La clave para tomar decisiones alimentarias más conscientes y sostenibles radica en la educación y la conciencia de los consumidores. Promover la cultura alimentaria desde una edad temprana, enseñando a las generaciones futuras sobre la importancia de una alimentación saludable y sostenible, es esencial para fomentar un cambio positivo en nuestros hábitos alimentarios.

Es un hecho que nuestras elecciones alimentarias tienen un impacto significativo en el mundo que nos rodea. Desde la producción hasta el consumo, nuestras decisiones afectan al medio ambiente, a las comunidades locales y a nuestra propia salud. Optar por alimentos producidos de manera sostenible, apoyar a productores éticos y promover una alimentación saludable y equilibrada son pasos fundamentales hacia un sistema alimentario más justo, saludable y sostenible para todos. Cada bocado que damos y cada sorbo que tomamos son oportunidades para crear un mundo mejor para las generaciones presentes y futuras.

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UNA GUIA PRÁCTICA PARA LOGRAR UNA DESPENSA SALUDABLE.

UNA GUIA PRÁCTICA PARA LOGRAR UNA DESPENSA SALUDABLE.

Es probable que existan tantas maneras de “hacer el super” como carritos en un supermercado. 

Es muy común hacer una lista del super en base a lo que falta en la despensa, la cual seguramente responde al perfil de quienes viven en la casa. La despensa de una familia con hijos pequeños no será igual a la de la casa con hijos mayores, o de parejas jóvenes sin hijos o de los abuelos. Ademas, influyen las preferencias on prioridades en el tipo de alimentación (gusto por las proteínas, intolerancia al gluten o lácteos, diabetes, veganismo, los postreros, etc.)  y desde luego el estilo de vida (deportistas, con intensa vida social, los viajeros, …)

Ahora, tomando en cuenta una creciente preocupación por lograr una despensa saludable, que cuente con alimentos balanceados, nutritivos y promuevan la salud de quienes viven en casa, te compartimos 3 consejos que te ayudarán a mantener tu refrigerador y despensa llenos de cosas buenas y que aplican a cualquiera que sea el perfil.

Consejo #1: Asegura el Balance

El cuerpo requiere de macro y micro nutrientes para funcionar bien. Todos necesitamos de una combinación de proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas, minerales e hidratantes. Afortunadamente, estos nutrientes se encuentran disponibles en innumerables alimentos que ofrecen los supermercados y se pueden agrupar de forma muy sencilla para armar una despensa balanceada y rica en nutrientes. 

Que hacer? En base al perfil de cada casa, recomendamos hacer una lista de super usando como guía cada uno de los siguientes grupos. Esto permite una compra mas ordenada y consciente que ayuda a promover alimentos con alto contenido de macro y micro nutrientes.

Proteínas

Granos y semillas

Frutas y vegetales

Grasas y aceites

Hidratantes

Suplementos y  consentidos

Huevo, pollo, pescado, jamón, lácteos como yogurt, quesos, mantequilla, mayonesa, huevo, lentejas

Tortillas y tostadas de maíz, mix de nueces, cereales tipo granola, quinos, arroz, avena, lentejas, frijol, pan, mostaza, cacahuates, …

Manzana, uva, piña, plátano, lechugas, cebolla, jitomate, papa, limón, pepinos, jitomates deshidratados, brócoli, etc.

Aceite de oliva, aceitunas, aguacates, mantequillas, salmón, nueces, tocinos, …

Agua con y sin gas, algunos jugos, bebidas con electrolitos, kombucha, tés, …

Miel, chocolate amargo, papitas saladas, mango con chile, cervezas, galletas con chocolate, café, un buen vino, suplementos, vitaminas,

 

No hay que perder de de vista que esta tabla es solo una guía y que los alimentos son solo ejemplos de lo que se puede considerar en cada grupo. Habrá quienes prefieran proteínas vegetales o quienes no sean tolerantes a los lácteos, o incluso alimentos que encajen en mas de un grupo, como las lentejas. Lo que es realmente importante, independientemente de las prioridades, preferencias, presupuesto, edad, zona geográfica, o la disponibilidad de alimentos, es que al hacer la lista del super y asegurar la compra en todos los grupos, se promueve el balance nutricional. 

¿Y las galletas, helados, dulces, botanas, cervezas que tanto se disfrutan? Sin duda se puede agregar una columna adicional para productos que de repente cuesta trabajo categorizar y que no pueden faltar en la casa para darnos ciertos gustos. Ahora, la calidad de estos productos es relevante nos lleva al siguiente consejo. 

Consejo #2: Busca comida de verdad.

A pesar de que suena muy evidente que siempre será mejor escoger comida real, lamentablemente los pasillos de los supermercados ofrecen alimentos terriblemente procesados que no solo no cuentan con nutrientes, sino además resultan seriamente dañinos para la salud. No necesariamente es culpa de los supermercados, la mayoría de la veces es una dinámica impulsada por abrumadora publicidad (la chispa de la vida), la falta de información (no sabía que me hacia tanto daño) y la facilidad para encontrar estos productos en los anaqueles. 

Para tomar decisiones prácticas, considera que la comida de verdad es aquella que no tiene procesos o los menos posibles, no contiene azúcares añadidos, ni conservadores artificiales y por lo mismo contienen muy pocos ingredientes. Son productos naturales de altísima calidad que típicamente son los que requieren refrigeración y una compra frecuente porque se echan a perder rápido. Hay también alimentos de verdad que se ofrecen empacados, enlatados o envasados para que no pierdan sus propiedades y ojo, no es forzoso que sean orgánicos.  

Es por ello que al hacer las compras del super, es altamente recomendable estar atentos a las opciones reales, con pocos ingredientes y que sean naturales. Es importante mencionar que no necesariamente estas opciones son más caras, sin embargo, si la calidad de los alimentos es superior, el precio sin duda será mas alto. En todo caso, la pregunta no debe ser si un alimento real es caro, sino porqué la comida procesada, chatarra y de baja calidad es tan barata. 

Consejo #3: Cocina

El buen hábito de meterse en la cocina a preparar alimentos promueve una mayor atención en la selección de los ingredientes, y cuando se hace en familia o con amigos se presta para una gran convivencia. Toma en cuenta que no se trata de elaborar platillos complicados, se trata de preparar un delicioso sandwich, unas enfrijoladas memorables, una buna pasta o ensalada, unas ricas tostadas o tacos, desde luego … con ingredientes reales. Cada vez son mas las herramientas que facilitan esta buena práctica y ayudan a disfrutar de platillos sencillos hechos en casa. Recuerda, nadie nace siendo un gran chef, se aprende practicando. 

En resumen, armar la lista del super en base a los nutrientes que necesita tu casa, preferir comida de verdad en todos o la mayoría de los casos y hacerse al hábito de cocinar, es una fórmula que sin lugar a dudas nos acerca a una alimentación balanceada y llena de nutrientes. Buen provecho. 

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Good food, Good mood: Comer bien te hace sentir bien!

Good food, Good mood: Comer bien te hace sentir bien!

Cuando fue la última vez que te sentiste realmente sano?

Todos hemos escuchado que la buena comida nos pone de buen humor. La comida que comemos puede tener un gran impacto en cómo nos sentimos física y emocionalmente. Sin duda existe una conexión simple pero poderosa entre los alimentos que elegimos y nuestro estado de ánimo, por lo qué es sumamente importante prestar atención a lo que ponemos en nuestros platos.

Es un hecho que ciertos alimentos tienen una forma mágica de hacernos sentir mejor casi al instante. El chocolate, por ejemplo, no solo es delicioso; contiene compuestos que pueden hacer que nuestro cerebro libere productos químicos para sentirse bien, como las endorfinas. Es por eso que un trozo de chocolate puede convertir un mal día en uno brillante.

El pavo, los frutos secos y las semillas están llenos de algo llamado triptófano, que ayuda a nuestros cerebros a producir serotonina, otro de esos químicos asociados con la felicidad. Y es que cuando los niveles de serotonina suben, tendemos a sentirnos más tranquilos y más contentos.

También el pescado, como el salmón, es rico en ácidos grasos omega-3. Estas grasas saludables no solo son buenas para nuestros corazones, sino también para la mente y el cerebro. Los estudios sugieren que una dieta alta en omega-3 puede reducir los síntomas de depresión y ansiedad.

Lo anterior refuerza la idea de que comer consistentemente bien tiene un impacto a largo plazo en nuestro bienestar emocional. En contraste, una dieta con alimentos procesados, snacks azucarados y grasas poco saludables, se relacionan con mayores riesgos de alteraciones en el estado de ánimo como la depresión y la ansiedad, así como con altos niveles de fatiga y trastornos en el sueño.

No debemos equivocarnos, las dietas llenas de frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras incrementan los efectos positivos en nuestro estado de ánimo. Una dieta como la mediterránea, que se centra en este tipo de alimentos, es particularmente famosa por su potencial para elevar nuestro espíritu y niveles de energía.

Y que tal si alimentamos nuestro instinto? Así es, nuestros instintos juegan un papel muy importante cuando procuramos sentirnos bien, debido a que hay una relación muy poderosa que proviene de la conexión entre el estómago y el cerebro. La salud de la flora intestinal, donde se aloja cerca del 70% del sistema inmunológico, influye notablemente no solo en nuestro estado de ánimo sino en nuestras decisiones diarias. Comer alimentos ricos en probióticos, como el yogurt y los alimentos fermentados, ayuda a mantener la flora intestinal en gran forma, lo que promueve buenos niveles de salud y agudeza mental.

Los alimentos ricos en fibra, como los cereales integrales y las legumbres, también son grandes amigos de tu intestino, ya que estimulan un equilibrio saludable de las bacterias intestinales.

Y cuando necesitamos de un empujón temporal de ánimo o simplemente sentimos el impulso por un antojo, muchos recurren a lo que cariñosamente llamamos "comida reconfortante". Estos son los platos que nos hacen sentir mejor, aunque solo sea temporalmente. Los alimentos reconfortantes pueden desencadenar la liberación de endorfinas, lo que siempre son buenas noticias para el estado de ánimo.

Los alimentos reconfortantes de cada uno son diferentes, pero todos comparten el poder de proporcionar un pequeño impulso emocional. Ya sea un tazón de macarrones con queso, una sopa caliente de pollo y verduras o una rebanada de pastel de manzana, estos alimentos nos pueden traer grandes recuerdos o nos hacen pasar el tiempo de manera alegre, así como pueden proporcionar una sensación de comodidad cuando más lo necesitamos. No debemos perder de vista que algunos de estos alimentos son un arma de dos filos, que si pasan de ser un momentos especial a una costumbre cotidiana, terminan siendo dañinos y resultan en desajustes en la salud. 

Por último, tomemos en cuenta que la comida no es solo combustible; es una experiencia social y cultural. Es un gran pretexto para compartir comidas con nuestros seres queridos, celebrar las tradiciones y explorar nuevas comidas, lo cual es un gran promotor de alegría y felicidad. La frase "buena comida, buen humor" se extiende más allá de lo que hay en tu plato: se trata de las conexiones y los recuerdos que creamos en torno a la comida. 

Las comunidades mas longevas denominadas zonas azules, tiene como común denominador el impacto positivo que tiene preparar la comida como una forma de tomar conciencia, disfrutar y agradecer los platillos y reírse plenamente durante una larga sobremesa. 

Conclusión

Ahora que sabemos que la comida afecta a nuestro estado de ánimo, es importante practicar la alimentación consciente. Esto significa prestar atención a lo que comemos, saborear cada bocado y ser conscientes de cómo nos hace sentir emocionalmente. Al hacer esto, podemos tomar mejores decisiones sobre nuestra comida y entender su impacto en nuestro estado de ánimo.

"Buena comida, buen humor" no es una teoría científica complicada; es una simple realidad con sentido común. Lo que comemos puede tener un profundo impacto en cómo nos sentimos. Ya sea la afortunada sensación de un chocolate, los beneficios a largo plazo de una dieta saludable o la comodidad que encontramos en nuestros platos favoritos, la comida tiene el poder de dar forma a nuestros estados de ánimo y a nuestras vidas. Por lo tanto, comamos bien, seamos conscientes de lo que consumimos y recuerden que la comida no se trata solo de nutrir nuestros cuerpos; también se trata de alimentar el espíritu y sentirnos verdaderamente sanos.

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