Good food, Good mood: Comer bien te hace sentir bien!
Cuando fue la última vez que te sentiste realmente sano?
Todos hemos escuchado que la buena comida nos pone de buen humor. La comida que comemos puede tener un gran impacto en cómo nos sentimos física y emocionalmente. Sin duda existe una conexión simple pero poderosa entre los alimentos que elegimos y nuestro estado de ánimo, por lo qué es sumamente importante prestar atención a lo que ponemos en nuestros platos.
Es un hecho que ciertos alimentos tienen una forma mágica de hacernos sentir mejor casi al instante. El chocolate, por ejemplo, no solo es delicioso; contiene compuestos que pueden hacer que nuestro cerebro libere productos químicos para sentirse bien, como las endorfinas. Es por eso que un trozo de chocolate puede convertir un mal día en uno brillante.
El pavo, los frutos secos y las semillas están llenos de algo llamado triptófano, que ayuda a nuestros cerebros a producir serotonina, otro de esos químicos asociados con la felicidad. Y es que cuando los niveles de serotonina suben, tendemos a sentirnos más tranquilos y más contentos.
También el pescado, como el salmón, es rico en ácidos grasos omega-3. Estas grasas saludables no solo son buenas para nuestros corazones, sino también para la mente y el cerebro. Los estudios sugieren que una dieta alta en omega-3 puede reducir los síntomas de depresión y ansiedad.
Lo anterior refuerza la idea de que comer consistentemente bien tiene un impacto a largo plazo en nuestro bienestar emocional. En contraste, una dieta con alimentos procesados, snacks azucarados y grasas poco saludables, se relacionan con mayores riesgos de alteraciones en el estado de ánimo como la depresión y la ansiedad, así como con altos niveles de fatiga y trastornos en el sueño.
No debemos equivocarnos, las dietas llenas de frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras incrementan los efectos positivos en nuestro estado de ánimo. Una dieta como la mediterránea, que se centra en este tipo de alimentos, es particularmente famosa por su potencial para elevar nuestro espíritu y niveles de energía.
Y que tal si alimentamos nuestro instinto? Así es, nuestros instintos juegan un papel muy importante cuando procuramos sentirnos bien, debido a que hay una relación muy poderosa que proviene de la conexión entre el estómago y el cerebro. La salud de la flora intestinal, donde se aloja cerca del 70% del sistema inmunológico, influye notablemente no solo en nuestro estado de ánimo sino en nuestras decisiones diarias. Comer alimentos ricos en probióticos, como el yogurt y los alimentos fermentados, ayuda a mantener la flora intestinal en gran forma, lo que promueve buenos niveles de salud y agudeza mental.
Los alimentos ricos en fibra, como los cereales integrales y las legumbres, también son grandes amigos de tu intestino, ya que estimulan un equilibrio saludable de las bacterias intestinales.
Y cuando necesitamos de un empujón temporal de ánimo o simplemente sentimos el impulso por un antojo, muchos recurren a lo que cariñosamente llamamos "comida reconfortante". Estos son los platos que nos hacen sentir mejor, aunque solo sea temporalmente. Los alimentos reconfortantes pueden desencadenar la liberación de endorfinas, lo que siempre son buenas noticias para el estado de ánimo.
Los alimentos reconfortantes de cada uno son diferentes, pero todos comparten el poder de proporcionar un pequeño impulso emocional. Ya sea un tazón de macarrones con queso, una sopa caliente de pollo y verduras o una rebanada de pastel de manzana, estos alimentos nos pueden traer grandes recuerdos o nos hacen pasar el tiempo de manera alegre, así como pueden proporcionar una sensación de comodidad cuando más lo necesitamos. No debemos perder de vista que algunos de estos alimentos son un arma de dos filos, que si pasan de ser un momentos especial a una costumbre cotidiana, terminan siendo dañinos y resultan en desajustes en la salud.
Por último, tomemos en cuenta que la comida no es solo combustible; es una experiencia social y cultural. Es un gran pretexto para compartir comidas con nuestros seres queridos, celebrar las tradiciones y explorar nuevas comidas, lo cual es un gran promotor de alegría y felicidad. La frase "buena comida, buen humor" se extiende más allá de lo que hay en tu plato: se trata de las conexiones y los recuerdos que creamos en torno a la comida.
Las comunidades mas longevas denominadas zonas azules, tiene como común denominador el impacto positivo que tiene preparar la comida como una forma de tomar conciencia, disfrutar y agradecer los platillos y reírse plenamente durante una larga sobremesa.
Conclusión
Ahora que sabemos que la comida afecta a nuestro estado de ánimo, es importante practicar la alimentación consciente. Esto significa prestar atención a lo que comemos, saborear cada bocado y ser conscientes de cómo nos hace sentir emocionalmente. Al hacer esto, podemos tomar mejores decisiones sobre nuestra comida y entender su impacto en nuestro estado de ánimo.
"Buena comida, buen humor" no es una teoría científica complicada; es una simple realidad con sentido común. Lo que comemos puede tener un profundo impacto en cómo nos sentimos. Ya sea la afortunada sensación de un chocolate, los beneficios a largo plazo de una dieta saludable o la comodidad que encontramos en nuestros platos favoritos, la comida tiene el poder de dar forma a nuestros estados de ánimo y a nuestras vidas. Por lo tanto, comamos bien, seamos conscientes de lo que consumimos y recuerden que la comida no se trata solo de nutrir nuestros cuerpos; también se trata de alimentar el espíritu y sentirnos verdaderamente sanos.